El pasado jueves 9 de marzo nos reunimos todos los que compartimos el día a día del Sector Escuela, turno mañana y turno tarde, a fin de vivenciar un momento histórico para nuestra Casa Salesiana.


Los niveles Inicial, Primario y Secundario, alumnos y educadores, personal de Maestranza y de Administración junto a los Salesianos Consagrados nos encontramos en el Patio de nuestra Casa Salesiana para descubrir y bendecir la placa que conmemora el inicio de la educación mixta en nuestro Colegio.
Cuando el Pueblo de Dios caminaba por el desierto y vivía alguna experiencia significativa; cuando Dios, de algún modo, les permitía experimentar algo que marcaba su vida como Pueblo, recordaban este hecho con una Piedra Conmemorativa, a fin de no olvidar jamás los muchos beneficios obrados por Dios a su favor.


Nosotros hemos descubierto la placa que recuerda la apertura de las puertas del Colegio a las nuevas alumnas en los tres niveles educativos. Ellas, junto a las educadoras de la Casa, fueron protagonistas de este sencillo y profundo acto. Posteriormente elevamos una oración todos juntos mientras el Padre Director realizaba la bendición.

En la placa se expresan las palabras que, en uno de los sueños de Don Bosco del año 1865, María Santísima le dirigió, pidiéndole que, además de atender a los varones, sus hijos, cuide también de las mujeres, sus hijas.

En su primer sueño, María le enseña a Juanito Bosco que, los chicos que le confía, son hijos suyos. Podemos recordarlo con este relato abreviado:
A la edad de 9 años tuve un sueño… me pareció encontrarme cerca de casa, estaba reunida una muchedumbre de chiquillos que se divertían. Algunos blasfemaban. Al oír las blasfemias, con puños y gritos quería hacerlos callar.’
‘En aquel momento apareció un hombre venerable… su rostro era tan luminoso que no podía fijar la mirada en él. Me llamó por mi nombre y me mandó ponerme a la cabeza de los muchachos: -No con golpes, sino con la mansedumbre deberás ganarte a estos tus amigos.’
‘- ¿Quién sois vos, que me mandáis una cosa imposible?’ ¿En dónde y con qué medios podré adquirir la ciencia?’
‘-Yo te daré la maestra.
‘En ese momento, junto a Él, vi a una mujer de aspecto majestuoso… me hizo señas para que me acercara a Ella y, tomándome bondadosamente de la mano, me dijo:- Mira.’
‘Al mirar, me di cuenta de que aquellos chicos habían escapado y, en su lugar, observé una multitud de muchos animales.’
‘- He aquí tu campo, he aquí donde tienes que trabajar. Hazte humilde, fuerte, robusto; y cuanto veas que ocurre ahora con estos animales, lo deberás hacer tú con mis hijos. ‘Volví entonces la mirada y, en vez de animales feroces, aparecieron otros tantos mansos corderos que, saltando y balando, corrían todos alrededor como si festejaran al Hombre aquel y a la Señora.’
Unos años después, en 1865, tiene otro de sus sueños, en el cual María Santísima le pide que cuide también de las niñas, sus hijas:
“Un buen día, atravesaba la plaza Vittorio, en Turín. De repente me vi rodeado por un pequeño ejército de niñas que cantaban, gritaban, con sus vocecitas agudas. Apenas me vieron, volaron en torno a mí y clamaban:
– ‘¡Viva Don Bosco”!, ¡Encárguese también de nosotras! ¿No ve que estamos abandonadas?’
– ‘Otro tendrá que ocuparse de ustedes: ¡yo estoy sobrecargado con tantos niños!’.
Pero, mientras me insistían, se me apareció una Señora noble, con el rostro resplandeciente como el Sol, y me dijo:
– ‘Cuida de ellas por mí. Son hijas mías’ ”.
¡¡Bienvenidas a la Casa de Don Bosco!!